Te contamos cuáles son las nuevas tendencias en anticoncepción, con el fin de evitar embarazos no deseados y no ocuparse constantemente de un método anticonceptivo de corto plazo.
Por empezar debemos saber que en Argentina, según la última información disponible, más del 50% de los embarazos que ocurren son no planificados. Estas cifras aún son más altas en adolescentes, siendo mayores al 60%. Esto acarrea grandes problemas en el ámbito de la Salud Pública.
Muchos de estos embarazos ocurren por el no uso de métodos anticonceptivos, pero también muchas veces por el uso inadecuado, es decir mujeres que se encuentran usando un método, pero lo hacen mal, como suspender el uso, olvidar las pastillas anticonceptivas, o hacer un uso inconstante del preservativo.
Hoy por hoy hacemos una divisón entre métodos anticonceptivos de corta duración y de larga duración.
- Métodos de corta duración: Son las pastillas, inyectables, anillo vaginal y parche anticonceptivo. Dependen de la usuaria, quien debe tomarlos, aplicarlos, etc. Son muy eficaces, pero a su vez su eficacia está ligada a cuán bien se aplican, qué tan bien se recuerda tomarlo, etc. Son reversibles, o sea, la fertilidad retorna rápidamente luego de suspenderlos. En la vida real pueden fallar hasta en el 9% de los casos al año de uso, básicamente por errores en el uso, dado que si se aplicaran perfectamente bien las fallas serían mucho menores.
- Métodos de larga duración: Son el implante anticonceptivo, DIU de cobre y el DIU hormonal. Estos métodos duran entre 3 y 10 años, y son reversibles también, o sea, se pueden retirar cuando la mujer lo desee y la fertilidad retorna rápidamente al suspender el método. Su eficacia es altísima de base, pero el hecho es que no dependen de la persona para actuar. Por ello su eficacia está menos ligada a algún comportamiento de la usuaria, alcanzando cifras de fallas menores al 1% al año de uso.
- Preservativo: siempre debe estar presente usemos el método que usemos, porque es la única forma efectiva de prevenir infecciones de transmisión sexual. Se puede usar como método anticonceptivo, pero sus tasas de falla son mayores que con los métodos antes mencionados. Esto es porque para que funcione debe usarse siempre, en todas las relaciones, pero a su vez puede romperse, salirse, etc., generando fallas y posibilidad de embarazo.
Estamos viviendo una verdadera revolución en anticoncepción. ¿En qué consiste esa revolución?
Te lo contamos. La realidad es que hace unos años los médicos indicábamos siempre como primera opción los métodos anticonceptivos llamados de corta duración (estamos hablando de las píldoras, inyecciones anticonceptivas, parches anticonceptivos).
Por otro lado no contábamos con el implante anticonceptivo y en el caso del DIU lo dejábamos como segunda opción la mayoría de las veces, o lo mencionábamos sólo si la mujer lo pedía.
Pero gracias a varios estudios científicos, caímos en la cuenta de que la eficacia de los métodos en la “vida real” era muy superior en los métodos de larga duración (DIU hormonal, DIU de Cobre e implante) que en los de corta duración y es por eso que hoy por hoy debemos ofrecer los métodos de larga duración a todas las mujeres como primera opción.
Desde ya que cada mujer decidirá luego libremente el método que más le guste, que más le convenga y que más se adapte a su estilo de vida. Esta decisión se logra idealmente luego de una buena consejería en anticoncepción.
La consejería es un acto médico en el cual el profesional escucha las necesidades de la mujer, tiene en cuenta algunas antecedentes médicos, obviamente, y luego ofrece todas las opciones disponibles para esa mujer, explicando sus pros y contras. Se ayuda entonces a seleccionar una opción anticonceptiva.
¿Por qué los métodos de larga duración son más efectivos?
Como ya definimos, los métodos de larga duración son los métodos que duran más de un año, son reversibles y cuya eficacia es superior al 99 % al año. Éstos métodos son el DIU de cobre, el DIU hormonal y el implante anticonceptivo.
Básicamente estos métodos son administrados por el profesional, pero luego su eficacia no depende de absolutamente casi nada de lo que la mujer haga o deje de hacer. Esto les da una eficacia totalmente independiente de errores y es por eso que alcanzan una eficacia altísima.
En contraste con esto están los métodos de corta duración. Estos métodos como dijimos son las píldoras anticonceptivas, el anillo vaginal, el parche anticonceptivo, y el anticonceptivo inyectable. Son métodos muy efectivos y recomendables, pero su eficacia va ligada a la correcta toma, al no olvido, a su correcta utilización.
Todo esto nos dice que en la vida real puedan fallar en 9 de cada 100 mujeres por año. Si bien no es una tasa alta, en comparación con los métodos de larga duración, sabemos que estos fallan en menos de una cada 100 mujeres.
Esto quiere decir que si para una mujer la eficacia de un método anticonceptivo es muy importante, y no desea buscar embarazo en el corto plazo, debería sin dudas considerar el utilizar un método de larga duración, o al menos informarse y conocer estos métodos.
¿Pero qué barreras existen?
A pesar de que sabemos de la mayor eficacia de los métodos de larga duración, muchas veces estos cuentan con una baja utilización debido a mitos y conceptos erróneos, o simplemente debido a la falta de conocimiento de esos métodos.
Uno de esos conceptos equivocados es por ejemplo que los DIU no pueden utilizarse en mujeres adolescentes o mujeres que no tuvieran hijos.
Este concepto es totalmente erróneo y hoy por hoy, comenzando por la OMS, varias sociedades internacionales de pediatría y de ginecología y obstetricia recomiendan este método como de primera elección aún en adolescentes y mujeres sin embarazos previos, dado que se ha demostrado que su seguridad es altísima, que no afectan la fertilidad, que se pueden colocar fácilmente, y que como dijimos, son altamente efectivos.
El implante en ese sentido, que va escondido bajo la piel del brazo, ha tenido una gran aceptación entre las adolescentes y no tiene por suerte tantos mitos en su contra.
Todo esto marca que los métodos anticonceptivos de larga duración, además de todas las ventajas que pueden tener para las mujeres (como la comodidad de utilizar un método del que no tienen que acordarse u ocuparse constantemente), parece ser uno de los caminos a seguir para bajar en la población el alto porcentaje de embarazos no planificados en la población adulta y adolescente.
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